jueves, 28 de abril de 2016

Bonitos palabros

Como está mandado en estas fechas, Gonzalo está resfriado. Un rato antes de que se vaya a la cama le ponemos el humidificador, para que pueda descansar mejor. En el agua ponemos unas gotitas de Sinus, que es un aceite mentolado que da un ambiente muy agradable.

Cuando estábamos cenando, me dice: "¿abolilla, te has acordado de poner el modificador?"
Imaginaros las caras de mis hijas y mía aguantándonos la risa. Porque no le gusta nada que nos riamos en estas situaciones. Piensa que nos reímos de él, y tiene mucho amor propio.
Me encanta que diga palabras mal, como ¿y porqué no fuó?, en vez de y porqué no vino?; habería en vez de habría; salgo de manzanero en la procesión, en vez de nazareno...
Os cuento que cuando aún estaba en la barriga de su MADRE, yo me agachaba, y le hablaba a través del ombligo de mi hija: "hola Gonzalo!!!!, soy la agüeilla!!!!! Cómo podía quererle de esa manera si aún no le había visto, y yo no llevaba dentro?
Es impresionante, le quería desde el minuto cero. Es una sensación muy bonita, amar a un nieto. 
Gonzalo despertó en mi un sentimiento desconocido hasta ese momento.
Por un lado pensaba que no debía quererle tanto, porque no era su madre, y por otro lado, sentía que era algo muy distinto, al que viví con mis hijas. 
Es como que lo quería doble, porque estaba en la barriga de mi hija, a la que quiero con toda mi alma.
Todos estábamos como locos, queriéndole, y cuidando a su MADRE, que era cuidar a Gonzalo a la vez.
Imaginais cuando a la semana de confirmar el embarazo, empieza con una pequeña hemorragia?
Al oír ese mamááá!!! Noté pánico en su voz. "Dime que no mamá, dime que no lo estoy perdiendo!!! Qué sensación de angustia más horrorosa. No podía decirle que todo esta bien. y ella me miraba casi suplicando que se lo dijera. Se fue al colegio, era por la tarde, y cuando volvió nos fuimos al medico. En la eco no se veía nada. El ecógrafo no era bueno. La doctora nos dijo que reposo relativo, no podía decirnos nada aún. Ni que sí ni que no. 
No sabía cómo tranquilizar a mi hija. "mamá es que es mi hijo". Se me rompía el alma. 
La llevaba en coche al cole y la recogía para que no andase. 
A los 4 ó 5 días me llamo por teléfono para que fuera a recogerla porque estaba peor. Así que a urgencias del Hospital. Mi corazón iba a dos mil por hora. No podía verla sufrir. No quería imaginar nada. Ya no era ella solamente, mi nieto!!!
Tiene que pasar sola porque ya es mayor de edad. Me quedé petrificada en el sillón. Intenté entrar pero no me dejaron. Quería estar con ella si le decían que no, coger su mano, mirarla, que me mirara. Mi marido intentaba darme paz. 
La enfermera que no me dejó entrar abrió la puerta enseguida y me hizo el gesto del pulgar hacia arriba. Gracias Dios mío!!!
al ratito salió mi hija y con emoción incontenible me dijo "mamá su corazoncito late! es una bobillita que se enciende y se apaga! Mi hijo está bien. 
No sé si en ese momento sólo pensé en ella. Pero volví a agradecer a Dios.









miércoles, 27 de abril de 2016

Comienzo

Hoy empiezo a hacer realidad algo que llevo tiempo pensando y que me tiene inquieta de ganas de plasmar todo lo que llevo dentro. Es como una necesidad de contarlo y que se pueda leer. Son simplemente y nada menos que sentimientos de una abolilla. 
Este será un regalo para Gonzalo cuando cumpla 18 años. 
Hoy estoy que me salgo de contenta porque se están publicando las fotos del desfile de Petit walking show en Madrid, en el que participó Gonzalo el sábado pasado. Desfiló para Tartaleta, Foque y Genius.
Estas fotos son de Mario Agulló.















Me estoy acordando de cómo me enteré de que iba a
ser abuela. Hace ya siete años de esto. Un 10 de abril de 2009 
Soy de Madrid pero con 7 años nos fuimos a vivir a Málaga. Cuando me casé me fui de allí, y ya sólo voy en vacaciones y alguna escapadilla. 
Era viernes santo y estábamos mis dos niñas y yo de
vacaciones. 
El día anterior, jueves santo, mi hija pequeña! La MADRE de Gonzalo salía acompañando a Nuestra Señora de la Soledad en procesión por las calles de Málaga. En la salida, miré la cara de la Virgen, y dentro de mi cabeza, escuché, "Isabel está embarazada". No eché cuenta, y le pedí salud para toda la gente que quiero. Ese año sólo pedí salud. 
Vi a mis hijas salir y me fui a casa. Sin pensar más en aquello.
Cuando llegó la hora de que la procesión iba a llegar para finalizar la salida de ese año, fui a su encuentro. Pasó el Cristo de la Buena Muerte. Estaba llegando la Virgen, y al dar la vuelta en la esquina , mire su carita y volví a escuchar en mi cabeza: "Isabel está embarazada". No creáis que eché mucha cuenta. Pero ya empecé a decir, "mmmmmm..... 
Me metí en la procesión, cerquita de Ella. De vez en cuando me volvía para ver su carita, y cada vez que nos cruzábamos la mirada, escuchaba en mi cabeza: "Isabel está embarazada". 
Llegó el momento del encierro, las imagines se guardan en el salón de tronos. Es un momento muy, muy emocionante. Y la Virgen no paraba de mirarme y decirme lo mismo. En ese momento supe que me lo decía Ella
Al día siguiente, cuando salíamos de casa para ver procesiones, mi hija me dijo: Mamá, tengo que decirte una cosa. A lo que yo contesté: estás embarazada!
Creo que no os he contado que mi hija acababa de cumplir 18 años!
No os voy a mentir, fue como un jarro de agua fría. No, no me lo tome nada bien.
Pero como ella misma me dijo después, es la reacción natural. Así luego todo fue como tenía  que ir.
Para ella no fue fácil contarlo, ya os lo imagináis. Aún hoy me duele pensar cómo se sintió desde que lo sospecha hasta que lo comprueba y lo cuenta.
Mi marido fue un apoyo grande, ya que después de respirar muy hondo, le dijo: "pues para adelante, siempre para adelante. Y aquí estamos tu hermana, tu madre y yo para apoyarte y ayudarte en todo" Uy! Que me emociono...
No fue fácil, claro que no.
Pasó momentos duros y difíciles. No era fácil. Todas las que sois madres sabéis lo que se siente al ver sufrir a un hijo, así que me entenderéis cuando os digo que sufría al verla en esos momentos. Era duro ser sólo ella. No era fácil.
Pero lo más importante para ella era y es su hijo. Así que lo defendió contra viento y marea y siguió para adelante. A pesar de todo, fue VALIENTE.
Se convirtió en una gran MADRE desde el momento en que confirmó el embarazo.