domingo, 26 de marzo de 2017

Sólo de ellos: Ababa/Papi y Gonzalo


Buenas...
Hace tiempo que no os cuento nada en el blog, aunque sí en mi Facebook Shalaíta por Gonzalo, y en mi Instagram @historias_de_una_abolilla.
Estoy detrás de contaros cómo empezó Gonzalo en el mundo de la moda, esperando las fotos de alguien que se ofreció, pero que siempre está sin parar.
Os prometo que lo haré, os lo debo a muchas que me preguntáis por privado en las RRSS.
Pero hoy quiero contaros la relación de Gonzalo con su Ababa/Papi.



Siempre me emocionan, porque es muy especial.
Pensad que es el abuelo de Gonzalo, pero con dedicación en cuerpo y alma, cuando está en casa.
Sabe que no es su hijo, pero es tanto el amor que siente...
Se junta el amor de un abuelo que hace las veces también de padre.


Todos sabeis lo que un padre quiere a los hijos, ¿verdad?
Y también conocéis el sentimiento de los abuelos por los nietos, ¿no?
Pues ahora sumadlos los dos. ¿Cual es vuestro resultado?
UN AMOR QUE TRASPASA TODOS LOS LIMITES, ¿a que sí?




Sé que es difícil de imaginar. Hasta a mi me costaría si no lo viviese cada día.
Para que os hagáis una idea os cuento una anécdota de cuando era pequeñito. 
Ababa/Papi, se fue a volar, y notamos que en los primeros días, Gonzalo no sonreía. Y así cada vez que se daba la circunstancia de que se iba a trabajar. Así que, como soy así, en una de las visitas a la pediatra, que ya sabeis que cuando son bebés, son más frecuentes, se lo comenté. Más que nada, porque como tengo mucho de malagueña, soy esageraílla, y podían ser cosas mias. Pero no, no era esagerá, me dijo que sí podía suceder. Que era su manera de demostrar que lo echaba de menos. Me daba una penita...


Con el tiempo, no lo ha asumido aún. Bueno, no lo han asumido, porque Ababa/Papi, tampoco lo pasa bien. Pero él es adulto y sabe que no hay otra, es su trabajo. Se lo intentamos explicar, pero lo entiende a medias. Le dice que cuando no está trabajando se dedica todo el día a él.  Como niño que es, eso de que se vaya durante varios días a trabajar no lo lleva nada bien. 
Cuando está en casa quiere que lo recoja y lo lleve al cole, que vaya con él a los entrenamientos, a la catequesis, a todo lo que hace.
Es como si quisieran beberse el tiempo que están juntos para exprimirlo al máximo.


Yo disfruto mucho viéndolos juntos. 
Tienen sus cosas, sólo de ellos.
Sus risas, sus secretos, sus charlas, sus preguntas, sus caminos, su lealtad, sus miradas, sus abrazos, sus respuestas, sus consejos, sus juegos... Sus momentos...



Esa relación que sólo les pertenece a ellos...
Porque es tan íntima que se convierte en intocable...
Porque es tan bonita que es única...
Porque es tan real que me emociona...
Porque es tan auténtica que va más allá de la realidad...
Porque es tan de verdad que la puedo respirar...
Y es que hoy los he visto en un momento tan de ellos,  que he pensado en voz alta "me encanta verlos así", y casi sin darme cuenta, he cogido el móvil para hacer una foto.


Porque es tan divina que llega al Cielo...
Y ¿no será que viene de allí?...